Los escritores Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Mercero, que se escondían tras el pseudónimo de Carmen Mola, se han alzado con el Premio Planeta 2021 con La bestia. El galardón mejor dotado de las letras a nivel mundial (por un millón de euros y más alto que el Nobel de 980.000) ha caído en manos de una autora falsa, construida deliberadamente por sus guionistas, cuya identidad real se ha desvelado con la entrega del premio. Ha sido una decisión arriesgada e inesperada, aunque el nombre se rumoreaba en las horas anteriores a la entrega del galardón.
La novela es un thriller histórico sobre un asesino en serie ambientada en el Madrid de 1834, durante una epidemia de cólera; «había restricciones como las que hemos padecido todos hasta hace muy poco tiempo», ha dicho Antonio Mercero al tomar la palabra para agradecer el premio. Mercero, guionista de series como Farmacia de guardia u Hospital central, escribe también thrillers para la misma editorial en la que se han publicado las novelas firmadas como Carmen Mola: Alfaguara, propiedad de Penguin Random House. A diferencia de la novela ganadora, su última obra, Pleamar, publicada el pasado mes de abril, se ambienta en el mundo de youtubers e instagrammers.
El segundo trofeo lo ha obtenido Paloma Sánchez-Garnica con la novela histórica Últimos días en Berlín, su octava obra. El Grupo Planeta también ha aumentado la dotación del finalista, pero en este caso pasando de los 150.000 euros a los 200.000. Los protagonistas de esta historia intentan dejar atrás la Europa de los totalitarismos y trata cómo influyen «en su vida cotidiana», según ha explicado la autora al recoger el premio.
El fallo lo ha dictado el jurado integrado por José Manuel Blecua, Fernando Delgado, Juan Eslava Galán, Pere Gimferrer, Carmen Posadas, Rosa Regàs y Belén López. A la gala de entrega en el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) han asistido los reyes Felipe VI y Letizia, pero no el presidente autonómico, Pere Aragonès.
La biografía oficial pero ficticia de Carmen Mola decía que tenía 48 años, era profesora de universidad, que vivía en Madrid junto a su marido y sus tres hijos y que Carmen Mola no es su nombre real. En realidad, son tres guionistas los que han construido el personaje, una idea que Jorge Díaz, uno de los escritores, calificó de «locura» al recoger el premio y que tuvieron hace cuatro años. La falsa autora se dio a conocer en 2017 con el thriller policiaco La novia gitana, editado por Alfaguara y convertido en el mayor fenómeno de ventas de la línea «negra» del sello. Después vinieron La red púrpura (2019) y La nena (2021). Una trilogía identificable por tener una mosca en la portada y amasar varios miles de euros.
Paloma Sánchez-Garnica es uno de los rostros conocidos de la casa. Esta licenciada en Derecho y Geografía publica sus novelas con Planeta desde 2006, cuando debutó con El gran arcano. Sus mayores superventas han sido Las tres heridas (2012), La sonata del silencio (2014), que TVE adaptó en serie, Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido (2016) y, sobre todo, La sospecha de Sofía (2019), que lleva dieciséis ediciones.
A pesar de que se han presentado más de 600 manuscritos procedentes de España, Latinoamérica y Europa, el fallo no ha sorprendido. Miguel Delibes lo denunció en 1979 y Juan Marsé en 2005, pero todos los años salta la liebre. Los ganadores del certamen más goloso de este país (y ahora del mundo) no son casuales, no son anónimos y dependen más del criterio comercial que del literario.
Con el fallo de este año, Planeta repite una jugada similar a la de años anteriores pues tanto Sánchez-Garnica como la falsa identidad Carmen Mola arrastran ya grandes ventas.
Pongamos como ejemplo las dos últimas ediciones. En 2019 se alzaron con el premio Javier Cercas y Manuel Vila. Las ventas de Soldados de Salamina (2001), publicada en Penguin Random House, permitieron al primero dedicarse únicamente al oficio de escribir. El lanzamiento de Ordesa (2018) situó al segundo como fenómeno literario en más de veinte listas distintas y a Penguin como propietaria de una tirada de novelas millonaria que no ha parado de crecer en tres años.
En 2020 ganaron Eva García Sáenz de Urturi y la presentadora Sandra Barneda. La primera es conocida sobre todo por su Trilogía sobre la ciudad blanca, inspirada en su villa natal y compuesta por El silencio de la ciudad blanca, Los ritos del agua y Los señores del tiempo, que le han deparado hasta la fecha más de medio centenar de ediciones y la cifra mágica del millón de lectores. Todos ellos publicados en Planeta. En cuanto a la debutante literaria Barneda, su nombre está lejos de ser ignoto para el gran público: presenta el programa líder de audiencia de Mediaset, La isla de las tentaciones.
Javier Cercas vendió con su novela ganadora del Planeta 250.000 ejemplares en España y Latinoamérica y en su edición en catalán, y Manuel Vilas 120.000 ejemplares. Por su parte, Aquitania, de Sáenz de Urturi, ha sido uno de los libros más leídos de 2020.
A pesar de que las dos últimas ediciones han destacado literatura femenina, los números siguen sin cuadrar. Desde que el Grupo Planeta inauguró el premio en el año 1952, los hombres ascienden a 56 (contando los tres que están detrás de Carmen Mola) frente a 16 mujeres. Es decir, el 75% de las voces que alcanzan la estantería de lo más vendido son masculinas.
Rosa Regàs, que fue una de las pocas en hacerse con el premio en 2001, no cree que haya una razón para justificar esto, ya que, según aseguró a este diario en 2018, las obras se presentan con seudónimo. «No creo que haya una forma distinta de escribir entre hombres y mujeres. Pero a veces lo puedes adivinar porque el tema que tratan te da alguna pista», confesó la escritora que participó en el fallo de 2018 y ahora también en el de 2021.
«Yo me presenté al Nadal con el nombre de Brandon Becker, que era el nombre de mi burro. Debo decir que no me fijé en los seudónimos esta vez, pero sí hay gente que se fija más», deslizó Regàs. Aún así, es imposible saber cuántas de las 17 mujeres que se han hecho con el Planeta escondieron sus identidades y a cuántas de ellas les habría servido para algo.