De los 6.716 menores extranjeros no acompañados con 17 años que estaban registrados en España en 2019, solo un 10% había conseguido trabajar dos años después, según los datos del Ministerio de Inclusión. La razón se encuentra en las trabas burocráticas, convertidas en un muro a la inclusión sociolaboral de chavales inmigrantes llegados a suelo español sin la compañía de un adulto. La reforma del reglamento de Extranjería aprobada este martes flexibilizará parte de esos trámites y facilitará los papeles a miles de adolescentes.
Los complicados trámites empezaban casi desde su entrada al país, con el establecimiento de largos plazos para empezar a documentarles, lo que abocaba a muchos a cumplir los 18 años sin un permiso de residencia. Pero incluso aquellos que alcanzaban la mayoría de edad con papeles, renovarlos y conseguir un permiso de trabajo era casi una quimera. Las exigencias pasaban por demostrar unos ingresos de 2.000 euros, un salario casi imposible para cualquier joven en España, sea español o extranjero.
Resumimos algunos de los cambios introducidos en la reforma del reglamento de Extranjería, la principal medida en materia de migraciones del ministro José Luis Escrivá, y repasamos la situación de la que se partía, para entender por qué las organizaciones especializadas en infancia valoran la nueva normativa como un «paso histórico». Un paso por el que llevan luchando desde hace años y del que se beneficiarán 8.000 menores inmigrantes y 7.000 jóvenes extutelados, según los cálculos del Ministerio de Inclusión.
1) Reduce plazos que empujaban a los menores a la exclusión
2) El final de las constantes renovaciones «sin sentido»
3) Los menores migrantes solos también podrán trabajar
4) Acaba con los requisitos económicos imposibles de cumplir para los jóvenes extutelados