Como consecuencia del derrumbe del cono del volcán el sábado pasado, el flujo lávico está sufriendo variaciones, explicó el Departamento de Seguridad Nacional (DNS) hace escasos minutos a través de sus redes sociales. Hasta el momento, existen tres coladas: la que transcurre más al norte, y que obligó este domingo a la evacuación preventiva de al menos 800 personas; y otras dos lenguas, la primigenia, que apenas tiene aporte lávico y otra más al sur, que ha afectado a nuevas construcciones dentro del parámetro de seguridad.
Asimismo, la señal de tremor volcánico ha aumentado en las últimas horas, lo que podría indicar mayor contenido de gas en el magma que sale del centro eruptivo.
Por el momento, la lava ha afectado a 656 hectáreas y ha destruido a su paso por el territorio 1.458 edificaciones, según la última actualización de Copernicus, el programa de observación de la Unión Europea. En concreto, esta actualización del radar corresponde a la realizada el 12 de octubre a las 06.50 horas. De este modo, las hectáreas afectadas por la erupción del volcán se han incrementado en 86,4 en relación a las 43 horas previas.
Por su parte, las edificaciones detectadas destruidas experimentan un aumento de 135.
Las condiciones meteorológicas favorecieron este domingo la mejora de la calidad del aire, lo que permitió el levantamiento del confinamiento de 3.500 vecinos, decretado el pasado lunes. Asimismo, los aeropuertos de Canarias siguen operativos, aunque las compañías aéreas están cancelando operaciones con destino La Palma.
La altura de emisión de ceniza alcanza los 3.500 metros y se traslada desde el oeste girando al este y sur.
Por otra parte, la sismicidad continúa con una profundidad de entre 4 y 35 kilómetros y una magnitud máxima de 3,6.
